
Experimento mi cuerpo y mis sensaciones,
pero soy más que mi cuerpo y mis sensaciones
Experimento mis sentimientos y emociones,
pero soy más que mis sentimientos y emociones
Experimento mi mente y mis pensamientos,
pero soy más que mi mente y mis pensamientos
Soy más que mis sensaciones, mis sentimientos y mis pensamientos.
Soy un centro de conciencia pura, de amor y de voluntad.
Alef Trust, las afirmaciones de desidentificación de Roberto Assagioli

Práctica Integrativa
Me quedé impresionada con mi curso de práctica integrativa, un metodo de transformacion profundamente personal que nos invita a ser tanto observadores como creadores de nuestra existencia a través de la acción individual y la entrega al poder creativo del cambio. Utiliza filosofías antiguas y metodologías psicológicas contemporáneas que incorporan cinco dominios del florecimiento humano: intelectual, físico, emocional, interpersonal y espiritual. Elegimos actividades que facilitan la introspección y la escucha profunda para cada dominio y las practicamos por separado para alentar a cada dimensión a evolucionar a su propio ritmo. El compromiso con el proceso finalmente revela un efecto dominó entre las modalidades, una síntesis que cambia nuestro sentido del yo y trae cambios psicológicos positivos y duraderos. Ciertamente hay una intención, un camino con un destino, pero uno que es lo suficientemente fluido como para permitir que nuestras partes más ocultas se hagan escuchar y lo suficientemente compasivo como para reconocer y permitir la necesidad de cambiar de dirección.
Nos identificamos con partes de nuestra personalidad que creamos para ajustarnos a las normas sociales, dejando otras ocultas en lo más profundo de nuestro subconsciente. Suelen ser contradictorias y estar en desacuerdo entre sí. Mientras una requiere orden y control, otra quiere ocio y procrastinación; una es sensible, otra agresiva; una se siente herida por eventos traumáticos y reacciona intensamente, avergonzando a la fuerte y realizada. Evitamos nuestros recursos internos porque, cuando prestamos atención, encontramos un campo de batalla de estados psicológicos en constante agitación. A veces parecen casi vivos, como personas diferentes que viven dentro de nosotros. Al trabajar en diferentes dimensiones y desidentificarnos, asumimos el papel del observador y facilitamos la expresión de las distintas partes. Dejamos que las ocultas hablen y que las realizadas brillen. Al final, parecen querer ayudarse mutuamente, sintetizando una versión más auténtica de nosotros mismos que ve más allá de nuestra sensación de separación hacia una sensación de totalidad y conexión.
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Los cinco dominios

El dominio intelectual
En el ámbito intelectual, nos esforzamos por desvincularnos de nuestras mentes y pensamientos. Nuestro objetivo es equilibrar el enfoque excesivo en el procesamiento cognitivo y algorítmico con otras formas de conocimiento. La intención es fomentar la creatividad y la intuición, no reemplazar el intelecto sino trabajar en armonía con él, reconociendo que somos más que uno o el otro. El enfoque principal de la neurociencia en el estudio de la dimensión cognitiva del cerebro tiene sentido porque es lineal y medible. Sin embargo, no se pueden descartar experiencias más subjetivas por el simple hecho que no pueden ser verificadas empíricamente. Que nos digan constantemente que los procesos intuitivos e imaginativos son inecesarios o patológicos parece eliminar gran parte de la diversión de estar vivo.
El Dominio Emocional
En el ámbito emocional, nos desidentificamos de nuestros sentimientos y emociones, al tiempo que reconocemos las partes de nosotros mismos que queremos ocultar o, mejor aún, olvidar que existen. Estas suelen estar “demasiado enfadadas”, “demasiado asustadas”. Son “demasiado emocionales” o “demasiado intensas”. Asi que nos ponemos nuestras máscaras estoicas y salimos al mundo para ser la “mejor versión de nosotros mismos” según la norma. Pero cuanto más nos aferramos a nuestras máscaras sociales y creencias culturales, menos podemos evaluar nuestro bienestar físico y emocional y regularnos para alcanzar el equilibrio. Aquí, exploramos prácticas somáticas y la expresión creativa, enfatizando el papel de la imaginación como la dimension psicologica que nos ayuda a crear significado y la herramienta para conectar con nuestro inconsciente.


El Dominio Físico
En el ámbito físico, nos proponemos desidentificarnos de nuestro cuerpo y nuestras sensaciones sin disociarnos de ellas. Reconocemos y honramos las capacidades de autorregulación inherentes a nuestra biología, basadas en respuestas hedónicas que nos llevan hacia el placer y nos alejan del dolor. Realizamos prácticas que nos ayudan a recuperar la conciencia somática que es la base de nuestro bienestar. Si lo que solicitamos al cuerpo siempre nos resulta hostil, lo que queda es una huella de miedo básico y ira a nivel celular, un estado constante de lucha-huida-parálisis. Por tanto, la práctica física requiere mucho más que buenos regímenes de ejercicio y hábitos saludables; se trata de descubrir lo que el cuerpo realmente necesita y encontrar satisfacion placentera entre el exceso y la vergüenza.
El Dominio Espiritual
En el ámbito espiritual, queremos conectar con nuestro alquimista interior, esa parte de nosotros que observa el caos y ve posibilidades. La cualidad noética del yo más allá del ego que observa y co-crea la existencia. Esto requiere ir más allá de los sistemas de creencias dogmáticos hacia las manifestaciones experienciales de “Lo Divino”, “Lo No Manifestado”, “La Conciencia Pura”, “El Misterio” –llámalo como quieras– con su sentido paradójico de inmanencia y trascendencia. Hoy en día, existe una gran oferta de prácticas psicoespirituales para elegir, pero involucrarse en ellas a menudo puede parecer más una carga que un regalo. El discernimiento es vital para encontrar prácticas que nos abran a una sensacion de presencia e interconexión sin ligarlos a preceptos rigidos o ilusorios, sino a una resonancia energética que es multidimensional y guiada tanto desde afuera como desde adentro.


El Dominio Interpersonal
En el ámbito interpersonal, queremos encontrar o nutrir nuestra tribu; queremos empezar a escuchar profundamente y contribuir al colectivo con la curiosidad y el entusiasmo de un niño que ve el mundo por primera vez. La transformación no siempre es fácil ni placentera. Requiere un cambio drástico de perspectiva que puede hacernos sentir aislados y perdidos. Es más probable que comprendamos lo que está sucediendo si tenemos personas con las que compartir experiencias y que puedan guiarnos en las partes difíciles. La práctica regular y la participación en comunidades de apoyo pueden ayudarnos a crecer y mantenernos firmes durante el cambio.
Síntesis: La heroína alquímica

“Había un niño que creció en el hogar de la Doncella Eterna, hermosa y dulce, pero atrapada en la incapacidad de alcanzar la perfección bajo el tiránico dominio de la Madre Oscura. El niño era inteligente, pero imperfecto, y su instinto provocaba la ira de la Madre Oscura. Él soñaba con Hadas y buscaba Mundos que siempre estaban fuera de su alcance. Así que se sometió a las reglas de la Madre Oscura y se aferró a lo que ella valoraba. Sin embargo, las Hadas estaban allí para guiarlo desde dentro: la Intuición, aliada con la Sabiduría, le enseñaron el lenguaje del Hombre y escapó con Valentía y Amor para convertirse en la Doncella que quería ser, inteligente y salvaje, a salvo en la tribu de guerreros. La Doncella Guerrera viajó hacia Independencia, donde los guerreros se vivían del afán por morir o matar. Estuvo feliz, hasta que el afán se desvaneció, y la constante lucha convirtió los valores del guerrero en una árida lucha por la supervivencia. La Heroína despertó del vacío del Cazador para reconectarse con la Alegría y recordar al niño que buscaba un hogar con las Hadas. Se había escondido en un reino donde las reglas del Hombre no aplican y buscarlo, la llevó al Reino de la Reina de las Hadas. Allí tuvo que enfrentarse al demonio que llaman destructor de la Mente. Pero encontró demonios en ese mundo, solo una hermosa Diosa viviendo en el caos de la creación. La Diosa levantó un espejo, y el reflejo de la Heroína fue la Doncella Eterna, atrapada en su incapacidad de alcanzar la perfección bajo el tiránico dominio de la Madre Oscura. Tuvo seguir buscando el corazón del guerrero, y con Amor y Alegría, reconstruir su tribu, un hogar donde el niño pudiera regresar de manera segura. Las Hadas convirtieron a la Heroína en una bruja, quien avivó el fuego hasta convertirse en el Alquimista. Así nació la Heroína Alquímica, quien se sienta con la Diosa a los bordes del caos, observando el cambio eterno que surge del Vacío Infinito.”